La Tunantada, patrimonio nacional del valle
En enero de 2022, en una de nuestras provincias del valle del Mantaro se debería estar celebrando las festividades de la Tunantada, más conocida como “Fiesta del 20 de Enero”, una festividad dedicada a San Fabián y San Sebastián cuyo protagonismo principal es abarcado por la danza de la tunantada, una expresión folclórica declarada patrimonio cultural de la Nación mediante Resolución Viceministerial N° 076-2011-vMpCIC-MC el 21 de enero del año 2011. A 11 años de ser declarado como patrimonio nacional, hoy nos ocupamos de abordar esta brillante expresión folclórica de nuestro valle.
Según algunas citas bibliográficas de Simeón Orellana, las celebraciones de la fiesta de la tunantada se remontaría a los últimos días del dominio colonial de la corona española como una sátira y remembranza de los personajes de aquella época, como una forma de burla a la escena real, quizá exagerando o disminuyendo un poco la verdad de la sociedad de entonces.
Mientras que citando a Mallma Cortés quien realizando las investigaciones acerca del origen de la tunantada platea que podría haberse originado en la fiesta del Jerga-Kumu. Esta antigua danza habría sido acompañada de tinya, quena y cantada. La denominada “taqui-tushuy” puesto que en sus letras se puede encontrar parte de las historias de los mitmas yauyos afincados en Xauxa, las mismas que darían origen al actual distrito de Yauyos.
Asimismo, estudios arqueológicos e históricos recientes plantean que el gran camino Inca denominado Qhapaq Ñan habría sido un factor muy importante en el origen de esta danza puesto que habría facilitado el traslado de los diferentes comerciantes hacia la feria que se llevaba a cabo en Jauja, es así que los arrieros argentinos llegan con sus recuas de mulas, el hierbero boliviano llega a ofrecer sus conocimientos medicinales, los antis de la selva traen plumas, alhajas y medicinas de su conocimiento ancestral y así muchos habitantes del valle para luego de participar en la gran feria terminen en celebraciones compartiendo espacio con diferentes personajes y clases sociales al son de músicas de la época.
Armonía de las
diferencias
Cualquiera será el origen de esta manifestación folclórica, destaca la variedad participación de diversos personajes de diferentes estratos culturales en una misma festividad.
En letras del Centro Cultural Francisca Pizarro Yupanqui, esta fiesta, hoy patrimonio cultural de la nación, representa una verdadera “Armonía de las diferencias”.
En las presentes líneas trataremos de describir a los diversos personajes que forman parte de las cuadrillas de tunanteros que participan en la tunantada de Yauyos – Jauja. Los principales personajes de los que nos ocuparemos son el huatrilla, el chuto elegante, la jaujina, la huanquita, el príncipe o chapetón, el tucumano, el jamille o boliviano, el chuncho o anti, la sicaina, el doctor, el Inca y la cusqueña.
El huatrilla o chuto:
También conocido como «indio», procede del estrato social más bajo del pueblo pero representa uno de los pilares más importantes de la sociedad ya que representa al labrador del campo, el hombre que produce los alimentos principales de la época, cría el ganado, hombre humilde que suele ser explotado. Las prendas que utiliza en las fiestas las lleva diariamente, son de uso cotidiano pues lleva un chuyo en la cabeza para abrigarse del frio de las punas, el «shucuy» de cuero de su propio ganado, la «honda» o la «huaraca», el «hualqui» donde guarda su coca, medias de lana y su careta con claros signos de una piel colorada que representa el rostro golpeado por los vientos altoandinos. Su actitud es de humildad, pero de una humildad Xauxa andina, que no representa el abuso o humillación al que solía estar acostumbrado el indígena de la sierra sur del Perú antiguo, sino con una humildad picaresca, alegre e inteligente. Ellos bailan “… siguiendo la candencia musical…” hablan en “shausha limay” que es el antiguo dialecto de los Xauxas.
El chuto decente o chuto elegante:
Según las diferencias planteadas por Simeón Orellana, el chuto decente representa a la clase media perteneciente a una clase social diferente al del “huatrilla”. Este nombre habría adoptado del uso de un pantalón corto generalmente hecho de bayeta o actualmente de pana negra que utilizan como parte de su indumentaria cuyo origen habría sido el pantalón ancho llamadas “nagüetas” utilizado por el español labriego. El chuto baila de manera elegante y burlesca al mismo tiempo, con cierto aire de superioridad mientras lanza algunos chistes finos y delicados, enamorando a cuál dama se le aparezca sin llegar a ser faltoso. Ellos representan la alegría, la picardía y lo jocoso de las fiestas. El chuto elegante y el huatrilla mezclan lo satírico con la elegancia y dominan el dialecto «shausha» abriendo paso para los bailantes con el tradicional “witipacuy” “witipacuy” que en español significa «retírense, retirense…».
La jaujina:
Representan a la mujer mestiza de nuestro continente, la jaujina se cubre la careta con tul, luce una falta amplia llamado “centro”, una blusa fina o “monillo” y unamantilla o “lliclla” estampada con flores, aves y diseños muy coloridos. Bailan con elegancia, dibujando su coquetería con su pañuelo blanco.
La sicaina:
Es un personaje femenino que podría representar a las habitantes provenientes de Sicaya, al sur del valle del Mantaro. Lleva una vestimenta con polleras un poco más elevadas y con mayor vuelo que la jaujina y la huanquita, lleva una ushcata “huanca”, asimismo se adorna con alhajas, pañuelo y cartera en la mano derecha. Algunos autores mencionan que sería un personaje recientemente incorporado a la tunantada.
El tucumano o arriero:
Es un personaje que se inspira en los arrieros que llegaban con sus recuas de mulas realizando servicios de carga antes de la llegada del ferrocarril al valle del Mantaro, provenientes desde las pampas argentinas. Viste un poncho para cubrirse del frio y de las lluvias en sus largas travesías, látigo en mano para arrear las recuas, botas con espuelas para apresurar al caballo que monta y un instrumento de cuerda para calmar sus penas en la soledad de sus rutas al recordar a su familia y su tierra natal. Sus movimientos son fuertes y abren paso alrededor de las cuadrillas con la tradicional expresión vocal “abran paso, abran paso che” siempre hablando con un dejo argentino.
La huanquita o cutuncha:
Representa a las esposas o concubinas de los españoles o príncipes. El vestuario es más colorido que es el de la jaujina. Los hilos que dibujan flores y animales decoran la mayoría de sus prendas y los adornos de platería relucen en su pechera. Sus expresiones son fuertes y el guapeo transmite un sentimiento de añoranza.
El príncipe o chapeton:
Representa al español terrateniente, dueño de obrajes y dinero, con un bastón en la mano derecha y una chalina en la izquierda, sombrero de paño con plumaje de pavo real, un saco, corbata y pantalones cortos con bordados. El tunante, príncipe o chapetón avanza sin prisa, sus pasos son cortos y sus movimientos suaves. Al final de cada pieza musical zapatea con ímpetu sin llegar a ser desbordantes ni exagerados, Cuando cesa la música o descansa, con acento español castellano expresa frases de algarabía.
El jamille o boliviano:
Representa al curandero o hierbero del Alto Perú que en aquella época solía traer a las ferias diversas hierbas y brebajes medicinales ofreciendo a los diferentes pueblos donde llegaba según cronograma de los días festivos.
El chuncho o anti:
Representa al chuncho, habitante del Antisuyo, de la zona de selva del territorio. Sus movimientos los ejecuta saltando como si bailara su música autóctona, hace ademanes de estar acechando y cazando su presa lanzando flechas o su lanza.
La María pichana:
Representa a la dama del hogar que atiende a sus patrones y se escapa a la fiesta, hace referencia al aseo y el orden. Su mismo nombre en quechua “pichana” significa “la que limpia”. Su apariencia es humilde pero sus pasos y desplazamientos son picaros y alegres. Según otra fuente, este personaje habría formado parte de un mensaje hacia las mujeres de la época buscando representar que tan mal se ve una mujer en la fiesta ante una sociedad machista de la época por lo que no debería participar, este planteamiento podría ser apoyada por el hecho de que la tunantada hace varias décadas solo era ejecutada por varones, incluso los personajes femeninos como la huanquita y jaujina.
El doctor:
Representa al tinterillo del pueblo, conocedor de las leyes por lo que su apariencia es muy seria y elegante. Es el abogado, ofrece sus servicios o reparte sus tarjetas explicando sus casos profesionales en tono picante y jocoso.
El Inca y la cusqueña:
Son los personajes que representan a la cultura Incaica, pues Jauja fue uno de los centros administrativos incas más importantes del Tahuantinsuyo representado en la antigua Hatun Xauxa como cabecera del valle, la inclusión de este personaje sería una remembranza a dicho pasado glorioso. Sus movimientos son propios de las danzas del sur, el Inca majestuoso y digno de su poder lleva un báculo dorado haciendo ademan de adoración a su dios Inti.
La tunantada es de todos
Estos son solo algunos de los personajes de la tunantada, hoy en día (Año 2022) con diversos registros fotográficos y revisiones documentales se han podido identificar algunos que ya no se representan, que se han perdido en el tiempo y que forman parte de la historia de este nuestro patrimonio nacional del valle del Mantaro. Como alguna vez alguien dijo “La tunantada no le pertenece a nadie, la tunantada nos pertenece a todos” y por ello debemos ser cultores de su originalidad, su valoración y evitar su tergiversación en el tiempo. Hoy enero de 2022, en plena pandemia, les deseamos con mucha esperanza que pronto podamos seguir gozando de su majestad la tunantada en Yauyos, Jauja.