Carnaval jaujino, el carnaval más elegante del Perú
El origen del carnaval
El origen de la denominación “carnaval”
Según el historiador Jacob Burckhardt, el origen etimológico de la palabra carnaval es el término «carrus navalis», expresión latina empleada para dar nombre a una procesión de máscaras en honor a la Diosa Isis. Otra versión hace referencia al término italiano «carnevale» y «carnelevale» una alteración del latín «carnelevare», compuesto por carne (carne) y levare (quitar), en referencia a los posteriores 40 días de recogimiento.
El carnaval en el Perú
El carnaval, se dice, llega al Perú con los invasores españoles y la iglesia católica, razón por la cual hasta la actualidad se toma como referencia el calendario religioso para determinar el inicio de los carnavales en todos los departamentos del Perú. Una de las primeras referencias en revistas de los carnavales en el Perú es el de la revista “Variedades” Nº 52, de Lima, 27 de febrero de 1909 en la que se cuenta que “No obstante las nuevas conquistas que la industria va efectuando en todos los órdenes de la actividad humana, el juego del carnaval ha revestido, en Lima, el mismo carácter de criollismo que tenía ahora cincuenta años. El promedio de los habitantes de Lima, goza más, endilgándose sendos baldes de agua, que con los amanerados chisguetes y las melifluas serpentinas de papel. En los barrios populosos es un verdadero laberinto el que se arma con motivo de los clásicos días y muchas veces suelen acontecer desgracias lamentables”. Asimismo, Carlos Prince en su obra “Lima antigua” (Lima, Imprenta del Universo, 1890; reedición de César Coloma Porcari, Lima, Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo, 1992, páginas 38, 39), dice que “Las fiestas del Carnaval tienen tan grande aliciente para todas las clases sociales, que es casi imposible su desaparición…” de lo que podemos suponer que estas fechas festivas estaban muy difundidas en el Perú para inicios del siglo XX.
El Carnaval en Jauja
En la localidad de Jauja, el carnaval habría llegado junto con los primeros invasores españoles en el siglo XVI, sin embargo, no se cuentan con registros escritos de ello. Según Edgar Guillén Huamán con principales aportes del investigador Carlos H. Hurtado Ames, indica que solo se han encontrado fuentes escritas del diario El Porvenir que se publicó de 1908 hasta la década de los sesenta del siglo XX.
Según el autor de la tesis “El carnaval jaujino como medio de afirmación de la identidad cultural en el distrito de Jauja en los Barrios Huarancayo – La Libertad” hacia la segunda década del siglo XX la fiesta de carnavales no habría sido muy difundido, los bailes de salón que tendrían lugar durante las noches de carnaval, también llamados «Soirée» ocupaban un lugar privilegiado en las familias pudientes de Jauja. Es muy factible de suponer que este baile que se desarrollaba en las fiestas nocturnas, sea el antecedente directo más importante del baile del actual carnaval de Jauja.
El “cortamonte” era relegado
El actual carnaval jaujino se caracteriza por la presencia infaltable del “cortamonte” sin embargo este acto social no se evidencia en las publicaciones escritas de las primeras décadas del siglo XX, al parecer este tipo de celebración (El cortamonte) no existía o era considerada una fiesta menor o marginal por los editores del mencionado diario, que es visible tenían preferencia por el accionar de “los mejores círculos sociales”, y era lo que reportaban en sus páginas. No se sabe específicamente el momento preciso en que el cortamonte toma importancia en el proceso celebratorio del carnaval en Jauja, pero es evidente que tanto en las sociedades más pudientes y hasta en los grupos considerados marginales se ha ganado un lugar como expresión folklórica de los jaujinos.
Nace el carnaval jaujino
Edgar Guillén menciona que el relato sobre carnaval más antiguo identificado data de 1944 y le corresponde a Víctor Modesto Villavicencio con “Huarancayo”; en 1945 Alejandro Contreras Sosa publicó “Carnaval Tumbamonte”, y en 1946 Ernesto Bonilla “Tumbamonte en carnavales”. En las páginas de El Porvenir de 1944, se aprecia que el corte ritual de un árbol en carnavales ya estaba institucionalizado, aunque conviviendo con la Calistrada y los bailes sociales.
Menciona que Pedro Monge Cordova escribe que “En estos últimos tiempos el prestigio de la pandilla de carnavales ha crecido notablemente, y con ello, el prestigio de los barrios. Hace quince o veinte años, los cortamontes tenían su círculo limitado a lo que se llama “gente de pueblo”. La llamada “gente bien” desdeñaba participar en estas diversiones que consideraba como propias de elementos plebeyos…”
Por estas referencias y el inicio de las primeras apariciones de las primeras bandas de músicos, Edgar Guillén postula que el carnaval en su forma institucionalizada habría nacido hace 10 o 15 años antes de estas publicaciones, es decir en la década del 1930.
Festividad dedicada al santo protector del Barrio
Actualmente la festividad es dedicada al guardián o protector del barrio, la misma que esta resguardado por un comité de la feligresía responsable y principalmente por organizar la festividad. Los barrios primogénitos en Jauja cultivaron su costumbre, dos días de fiesta: la traída y el cortamonte. El primer día al son de huajlas y tinya y en el segundo día el cortamonte al son del violín, arpa y clarinete (Inicialmente con orquesta). Y que posteriormente se insertaría a las ya conocidas bandas de músicos.
Algunos distritos celebran al Señor Ánimas de Paca
Si bien los carnavales en los barrios del distrito de Jauja son majestuosos, las celebraciones en los otros distritos no distan de ello ya que una gran cantidad de distritos rinden homenaje al Señor Ánimas de Paca cuyo templo se encuentra al norte de la laguna de Paca, en el poblado del mismo nombre. Los habitantes de los distritos, hijos residentes que viven en Lima y otras partes del Perú también se reúnen en estas fechas para celebrar, en muchos casos realizan hasta dos festividades, que denominan de “Compadres” y de “Comadres”. Algunos incluso realizan el trayendo desde su distrito a pie como una forma de peregrinación al son de su banda de músicos para celebrar su santa misa, recordar a sus fundadores y difuntos feligreses y al son de la banda volver a sus distritos a celebrar los carnavales junto al cortamonte.
Las celebraciones del carnaval jaujino
Tanto en los distritos como en Jauja capital, la celebración del carnaval jaujino es similar pues el compromiso, los preparativos, la misa, la traída de montes, la parada de monte y el cortamonte son los principales acontecimientos, es así que gracias a los estudios de Carlos H. Hurtado Ames quien aportó con valiosa información para la tesis de Edgar Guillen y al documento de la declaratoria del Carnaval Jaujino como Patrimonio de la Nación detallamos esta festividad.
Antesala del carnaval
El carnaval jaujino no es una celebración improvisada, los compromisos, apoyos, contrataciones y demás preparativos se asumen un año antes, pues los que tumban el monte adquieren el privilegio así como la responsabilidad de mantener esta tradición el siguiente año, es por ello que casi desde el mismo momento en la que se oyen “las vivas” de la banda de músicos dirigidos a los nuevos padrinos, estos ya están comprometiendo a sus allegados e invitando a todos a las celebraciones que ellos se comprometen a realizar. Un primer gasto es contratar los diferentes grupos musicales: los músicos de huajlas, tinya y la orquesta típica para el día de la “traída de monte” así como el contrato de la banda de música para el día de “Cortamonte”. Otra obligación importante es preparar la abundante bebida y comida: el padrino invita el desayuno, la chicha, cerveza y aguardiente para los cargadores en la “traída de monte”; la madrina invita la chicha para las damas además del “shajteo” para los presentes y en el “Cortamonte”, ella invita el almuerzo de fiesta.
El padrino y la partida a la traída de monte
Aproximadamente a las 6 de la mañana, en la casa del padrino, se revientan los tradicionales 21 camaretazos que anuncia la “traída de monte”. Los varones van llegando vistiendo sombrero de paja y uschcata cruzada en el torso para sumar fuerzas durante el traslado del monte, luego de servirse con el desayuno ofrecido por el padrino se alistan para salir. También llegan los músicos del huajla y la tinya e inmediatamente empiezan a interpretar tonos musicales alusivos a la herranza o marca de ganado de carnavales mientras los varones suben al camión que los trasladará hasta los bosques de eucaliptos cercanos donde ubicarán el monte.
Desayuno de la madrina y sus invitadas
Si bien los carnavales en los barrios del distrito de Jauja son majestuosos, las celebraciones en los otros distritos no distan de ello ya que una gran cantidad de distritos rinden homenaje al Señor Ánimas de Paca cuyo templo se encuentra al norte de la laguna de Paca, en el poblado del mismo nombre. Los habitantes de los distritos, hijos residentes que viven en Lima y otras partes del Perú también se reúnen en estas fechas para celebrar, en muchos casos realizan hasta dos festividades, que denominan de “Compadres” y de “Comadres”. Algunos incluso realizan el trayendo desde su distrito a pie como una forma de peregrinación al son de su banda de músicos para celebrar su santa misa, recordar a sus fundadores y difuntos feligreses y al son de la banda volver a sus distritos a celebrar los carnavales junto al cortamonte.
La traída del monte o “jhilo huantuy”
Una vez identificado el monte que va ser la protagonista de la festividad, los varones forman un circulo y con apoyo de algún conocedor hacen la pedida de permiso a los dioses tutelares y a la naturaleza para extraer el monte sin alterar el equilibrio natural. Asimismo, se ubica los lugares donde se va plantar los nuevos plantones que se han llevado como recambio del árbol que se va tumbar (Mínimo 10 plantones por cada árbol tumbado).
Envían a alguno de los varones más agiles a trepar el árbol hasta cierta altura para atar algunas sogas que les permita controlar la dirección de la caída y el padrino comienza hachar desde su base, cada uno de los varones pueden ayudar hasta que el árbol finalmente caiga. Con ayuda de todos los varones presentes, se cortan algunas ramas y se amarra con sogas para que la copa del árbol no se desparrame cuando procedan con el “jhilo huantuy”. Este último es el procedimiento mediante al cual todos los varones presentes se suman en fuerza para trasladar el árbol hasta el camión, utilizando sogas y otras maderas se colocarán el monte sobre al camión para su traslado hasta la plaza del barrio para su posterior “parada de monte”.
Finalmente, al escuchar el guapido de la madrina y sus acompañantes, los varones cogen de los campos cercanos ortiga y parten en caravana de regreso al puente del río Yacus para el tradicional “tinkunacuy” y luego el “shajteo”.
El “manshu”
El “manshu” es una forma de castigo que se ha popularizado en el carnaval jaujino y consiste en levantar en peso a algún asistente sosteniéndolo entre varios en forma horizontal, con la boca hacia arriba para darle de beber a la fuerza el contenido de un botellón de aguardiente, remojado, chicha de jora, cerveza y quien sabe que mezclas alcohólicas. Este castigo puede aplicarse a personas que no llevan la tradicional vestimenta de la traída de monte jaujina, haya cometido alguna falta o cualquier pretexto que puedan encontrarse para castigar a algún incauto, al solo grito de “!Manshu…!” todos se abalanzan al sujeto en referencia. Se dice que el primer castigado con el “manshu” es el padrino, por haberse tumbado el monte el año anterior.
Algunos comentan que la bebida de castigo que se utiliza en el “manshu” es realmente desconocida y nadie sabe que es lo que contiene exactamente, puede llevar aguardiente, chicha de jora; algunas veces se le agrega pepas de rocoto y hasta puede contener orines. El contenido de aquella botella del “manshu” es un total misterio.
“Talipay” o “tinkunacuy”
Es el encuentro entre el grupo de la madrina junto a sus acompañantes y el padrino y sus invitados para jugar carnaval en el campo adyacente al río Yacus, lugar en la cual hasta hoy se sigue realizando. El bando de mujeres y el bando de varones se encuentran en el puente y comienzan a lanzarse harina, ortiga, barro, agua y demás. Es el “talipay” o “tinkunacuy”; un encuentro en la que no hay ganadores ni perdedores, pues todos comparten al son de la orquesta que toca huaynos y de las herranzas de carnaval. Cuando ya nadie tiene recursos con las que defenderse, todo cesa poco a poco, ya todos han sido víctimas o han victimado a alguien, pues todo esta blanco de harina, ya las hojas de ortiga no tienen efecto, ahora es un feliz encuentro y bailan juntos en rondas, en grupos, en parejas. Este es el “talipay” o “tinkunacuy”.
El shajteo y la “shajta” de carnaval
Concluido el encuentro con las madrinas y los padrinos, el padrino da la orden para que se sienten, pues se ha de servir la “sajta”, todos tienden sus mantas sobre el pasto y forman un gran círculo, la madrina junto a sus parientes empieza a servir chicha de jora y cancha (maíz tostado). Este es el “shajteo”, la acción de servir la “shajta”.
La “shajta” de carnaval, se puede decir que es un plato típico en épocas de carnaval que consiste en servir choclo sancochado, trozos de queso fresco untado con ají amarillo o mirasol, dos o tres papas cubiertas con ají colorado y salsa de maní, carne deshilachada de res y arveja seca molida.
Concluido el “shajteo” los padrinos encabezan el retorno al barrio con los acordes de los huaynos y la mulisa que interpreta la orquesta, todos bailando, las damas guapean y los varones acompañan con sus silbidos, así se trasladan para la parada de monte.
El adorno y la parada de monte
Una vez que llegan a la plaza del barrio o la explanada donde se posteriormente se llevara a cabo el cortamonte, se sueltan las ramas del árbol traído y se quitan las que no serán necesarias o las que no le dan vistosidad para luego adornarlo, el adorno lo realizan las madrinas y acompañantes quienes colocan los adornos y obsequios al monte. El adorno consiste en frazadas, colchas, «ushcatas», tinas, ropa, baldes, globos, serpentinas y demás.
Mientras las damas van adornando el monte, los varones van preparando el hueco donde se hará la parada del monte. Asimismo, se colocan las sogas desde tres lugares distintos para estabilizar el árbol cuando ya está en pie, con ayuda del camión se logra levantar el árbol y una vez que ya está plantado firmemente y reforzado en su base se anuncia con una bombarda, mientras todos bailan alrededor celebrando la hazaña. Por lo general el cortamente se realiza a dos días de la parada de monte.
Misa, almuerzo y recojo de las parejas
El día del cortamente en horas de la mañana, se celebra una misa en honor al santo patrón del barrio y se ofrece un desayuno a los invitados, también en este momento se presenta la banda de músicos contratada con un año de anticipación y entona sus principales melodías. Al mediodía se ofrece el almuerzo de fiesta y después de ella al ritmo de la melodía que ejecutan los músicos de la banda, los invitados se retiran a sus hogares, para alistarse y regresar con su respectiva indumentaria.
Pasadas algunas horas, la banda hace su llamado en la casa de los padrinos, tocando sus mulisas de carnaval y encabezado por los padrinos hace su recorrido camino a la plaza donde está el monte. En el camino los vecinos, invitados y demás con sus vestimentas de carnaval se suman y llegan en gran cantidad vestidos majestuosamente en forma de ruedo al monte de carnaval, ha llegado el momento del cortamonte o “jhilocuchuy”.
El cortamonte o “jhilocuchuy”
La tonada inaugural es una mulisa que se remata con el huayno de carnaval. Los padrinos invitan al ruedo a sus invitados, quienes le brindan cajas de cerveza en agradecimiento a la invitación y la organización de la festividad.
Después de varias tonadas y de haber compartido con sus invitados, los padrinos salen del ruedo de la pandilla y danzan junto al árbol. El padrino se separa de la madrina y colocándose el hacha y en el hombro derecho gira haciendo figuras alrededor del árbol, luego sede el hacha a la madrina, quien también ha estado danzado airosamente para que pueda dar los primeros hachazos. Luego el padrino prepara el árbol; es decir indica el lugar por el cual las demás parejas deben cortar. Y así, los padrinos, invitan a sus familiares e invitados a ser partícipes del “jhilocuchuy”, quienes antes de ingresar a hachar son brindados con dos o más licores para que procedan con el cortamonte.
El baile del carnaval jaujino
La pandillada general y “el bollito”
Al finalizar el contamonte, ya se conoce a los nuevos padrinos quienes han sido alzados en hombros al son de las “vivas” de la banda de músicos, pues ellos se encargarán de celebrar la fiesta el año siguiente, se procede a agasajarlos, asimismo los participantes se acercan para felicitarlos, brindan cerveza y se realiza la transferencia de bando. Los nuevos padrinos ya con el nuevo cargo juntan se acercan a su invitados, amigos y familiares para comprometerlos para el año siguiente en algún apoyo para así mantener la tradicional del carnaval del barrio.
Cuando ya queda la ultima hora de la banda, encabezados por los nuevos padrinos se recorren las calles de Jauja para dar la última vuelta a la plaza principal seguidos por las parejas de danzantes; allí cada pareja demuestra lo mejor de sus dotes de bailante, en al asfalto o empedrado de las calles, en el trayecto se integran nuevas parejas de amigos, vecinos y otras personas que no se disfrazaron pero que llevan el carnaval en la sangre y ya no se resisten por bailar las últimas tonadas, éstos son los conocidos “bollito” quienes acompañan a toda la “pandilla” de bailantes a la plaza de Jauja para despedir el carnaval del barrio hasta el próximo año
Al son de cuetes, bombardas, guapidos, castillones y vivas se despide el carnaval de cada barrio y distrito de Jauja. Hasta pronto carnaval jaujino, hasta pronto al más elegante del Perú, hasta “watancama”.
FUENTES:
- Carlos H. Hurtado Ames, El Carnaval Jaujino, Una de las celebraciones más importantes de nuestra región, es Patrimonio Cultural de la Nación. Revista Gato Negro, Publicado el 22/02/2020.
- Guillén Huamán, Edgar Edwin (2010), EL CARNAVAL JAUJINO COMO MEDIO DE AFIRMACIÓN DE LA IDENTIDAD CULTURAL EN EL DISTRITO DE JAUJA EN LOS BARRIOS HUARANCAYO – LA LIBERTAD (Tesis), Universidad Nacional del Centro del Perú. Tesis realizada en base a la valiosa información recopilada por el investigador Dr. Carlos H. Hurtado Ames
- Resolución Viceministerial N° 214-2018-VMPCIC-MC Declarar como Patrimonio Cultural de la Nación al Carnaval Jaujino de la provincia de Jauja departamento de Junín.
- Diario As, Carnaval 2021: origen, significado y por qué se celebra cada año en una fecha https://as.com, Publicado a: 14 de febrero de 2021 17:44 CET
- César Coloma Porcari (2010), El carnaval, antigua fiesta tradicional del Perú (Publicado en “Voces”, Revista Cultural de Lima, año 11, N° 40, Lima, 2010, páginas 100-101).